Sobre inteligencia y pensamiento divergente nos habló el filósofo José Antonio Marina, un estudioso de los mecanismos de creatividad artística.
La siguiente frase no fue el principio, pero sí lo que más definió su charla: "Genio se nace, a imbécil se llega; lo que hay en medio es el sistema educativo".
Y dicho ésto, para Marina nuestra cultura se basa en crear y resolver problemas, por lo que hay que educar la capacidad de tener buenas ideas o lo que es lo mismo, la creatividad. Y ésto se consigue adiestrando el inconsciente para enfrentarse eficientemente a cualquier problema. La cratividad es un hábito que se puede cultivar y requiere de un proceso de aprendizaje.
Crear implica producir intencionadamente novedades eficientes, es decir, que resuelvan problemas. Pero de nada sirve conocer la solución del problema sin la valentía de ponerlo en práctica y tras esta sentencia, puso como ejemplo el juego del póker, donde no triunfa el que lleva mejores cartas, sino el que más talento tiene, el que juega mejor con las cartas que le han tocado. Y es por este motivo que hay que educar el talento, la inteligencia triunfante que se enfrenta a los problemas con eficiencia.
Todo esto supone educar la capacidad de tener buenas ideas; fomentar la capacidad ejecutiva y la de elaborar buenos criterios de selección. ¿Reconocemos estos factores en nuestro sistema educativo?
Además, Marina asocia todo esto a la búsqueda o más bien a recuperar la felicidad a través de la satisfacción de nuestros tres grandes deseos:
- Placer: pasarlo bien
- Vinculación afectiva como seres sociales
- Ampliación de posibilidades: progreso
Y nos señaló como ejemplo a cualquier niño pequeño que cuando aprende algo dice "¡Mira lo que hago!", ese niño nos está transmitiendo que ha aprendido algo, que está progresando y eso le produce placer y además, quiere que se lo reconozcas.
Y termino parafraseando "Estimular la inteligencia creadora no es sólo bueno para las sociedades,sino también para las personas".
Que ustedes lo reflexionen bien y dejen constancia. Mañana más.
La siguiente frase no fue el principio, pero sí lo que más definió su charla: "Genio se nace, a imbécil se llega; lo que hay en medio es el sistema educativo".
Y dicho ésto, para Marina nuestra cultura se basa en crear y resolver problemas, por lo que hay que educar la capacidad de tener buenas ideas o lo que es lo mismo, la creatividad. Y ésto se consigue adiestrando el inconsciente para enfrentarse eficientemente a cualquier problema. La cratividad es un hábito que se puede cultivar y requiere de un proceso de aprendizaje.
Crear implica producir intencionadamente novedades eficientes, es decir, que resuelvan problemas. Pero de nada sirve conocer la solución del problema sin la valentía de ponerlo en práctica y tras esta sentencia, puso como ejemplo el juego del póker, donde no triunfa el que lleva mejores cartas, sino el que más talento tiene, el que juega mejor con las cartas que le han tocado. Y es por este motivo que hay que educar el talento, la inteligencia triunfante que se enfrenta a los problemas con eficiencia.
Todo esto supone educar la capacidad de tener buenas ideas; fomentar la capacidad ejecutiva y la de elaborar buenos criterios de selección. ¿Reconocemos estos factores en nuestro sistema educativo?
Además, Marina asocia todo esto a la búsqueda o más bien a recuperar la felicidad a través de la satisfacción de nuestros tres grandes deseos:
- Placer: pasarlo bien
- Vinculación afectiva como seres sociales
- Ampliación de posibilidades: progreso
Y nos señaló como ejemplo a cualquier niño pequeño que cuando aprende algo dice "¡Mira lo que hago!", ese niño nos está transmitiendo que ha aprendido algo, que está progresando y eso le produce placer y además, quiere que se lo reconozcas.
Y termino parafraseando "Estimular la inteligencia creadora no es sólo bueno para las sociedades,sino también para las personas".
Que ustedes lo reflexionen bien y dejen constancia. Mañana más.