martes, 15 de junio de 2010

El Odio es ¿exceso o defecto de Amor Propio?

Como vuelvo a tener inflamado el ganglio que hay detrás de mi oído derecho (a la izquierda del que me mira) por centésima vez este año, desde ayer me estoy perdiendo la Feria de mi pueblo, una de las fiestas que más me gustan: todos alegres y bailando.
Así que anoche, mientras cenaba, la televisión volvió a sorprenderme: Cuatro ponía un programa en el que varios jóvenes "problemáticos" coincidían en una especie de campamento. Al principio pensé que se trataba de un programa de reportajes de aventura porque estaban aprendiendo nociones básicas de escalada, pero cuando escuché el tono y la calidad de los primeros insultos... supe que estaba equivocada.

La descripción de los concursantes:

Bernardo, 20 años. Dedica cuatro horas diarias al cuidado de su cuerpo en el gimnasio y vive enganchado a Internet. Desprecia a sus padres, no soporta que se metan en su vida y sufre frecuentes ataques de ira especialmente contra su padre. Detesta las normas y vive entre botes de proteínas y el ordenador sin colaborar en ninguna de las tareas de la casa.

Gloria, 18 años. De familia acomodada, tiene serios problemas con el alcohol y es capaz de utilizar su cuerpo para poder beber a diario. Esconde las botellas por la casa para beber a escondidas. Acomplejada desde pequeña, le cuesta mucho relacionarse cuando está sobria. Vive con su padre que ya no sabe qué hacer para ayudarla.

Jesús, 19 años
. Los delitos y el consumo de drogas han marcado su vida y ahora está en un callejón sin salida. Después de numerosos robos y atracos las citaciones judiciales le acosan. Odia a su padrastro a pesar de que le cría desde que era un bebé. No soporta que le impongan normas y provoca constantes peleas callejeras.

José Luis, 19 años
. Ha sido un adolescente muy problemático y la edad, lejos de solucionar el conflicto, lo ha acrecentado. Durante sus frecuentes ataques de ira es capaz de cualquier cosa. Intenta hacer el máximo daño posible a sus padres destrozando las cosas que más les importan. A pesar de todo esto, lo que más le duele es que no confíen en él.

Lola, 19 años
. Está obsesionada por su físico, no sale de casa si no está maquillada y arreglada. Sólo le preocupan las fiestas nocturnas y salir con los amigos. Odia a su hermana a la que agrede frecuentemente, en algunos casos con extrema violencia. Su familia reconoce que ella es la que siempre impone las normas de la casa.

Moraima, 20 años
. Hija única, problemática desde adolescente, desata su ira contra su madre a la que nunca respeta. Sufre arrebatos incontrolados de violencia y se ha visto envuelta en numerosas peleas callejeras que la han llevado incluso a tener problemas con la justicia. No duda en cometer delitos si así consigue lo que quiere.

Paco, 20 años
. Después de que su madre le echara de casa por los frecuentes robos, su padre le acogió pero ahora ya está desesperado. Tampoco puede soportar no poder dejar nada de valor sin vigilancia, Paco roba constantemente a su familia y miente cada vez que intentan rendir cuentas con él. No acepta la autoridad de su progenitor y asegura que las malas compañías son su perdición.

Patricia, 20 años
. Es la menor de tres hermanas, es caprichosa y desafiante. Desprecia, maltrata e insulta continuamente a sus padres que ya no saben qué hacer para reconducirla. Sus ataques de ira son habituales y destroza todo lo que se interpone en su camino. Intenta ser constantemente el centro de atención y si no lo consigue, pierde los nervios.

En los diez minutos de programa que vi, no sé cuántas veces trataron de pegarse y los gritos fueron el volumen normal de las conversaciones. Todos exigían respeto para sí pero no lo demostraban para con el resto. ¡Cuánta rabia _iba a decir acumulada, pero lo cierto es que no dejan de manifestarla, así que diré_ generada!

Tu a mí no me gritas. A mí no me grita ni mi madre. Tú qué te has creído. Te voy a reventar la cabeza. Como me señales te mato...

¿Qué pasa en el mundo para que todos nos odiemos tanto? ¿Acaso todo no es mejor cuando "estamos de feria" (Mameluco, no va por ti que sé que no te gusta la Feria) cuando nos olvidamos de lo que nos diferencia y "bailamos juntos"? Ese afán por imponerse, por llevar la razón... si de verdad crees que estás en lo cierto ¿qué más da lo que piense el otro?

2 comentarios:

  1. El odio es un sentimiento humano tan natural como el amor, la pena o la crueldad.
    Si siembras, recoges. Es como la ley de la gravedad. Todo cae por su propio peso.

    Yo, que he visto más programas que tú de estos, querida Mazes, he observado que la semilla de todo este odio (mejor ira irracional) es que no ha sido contrarrestado con amor. El amor no solo es dar besos y regalar juguetes caros (como se creen los actuales padres), sino estar pendiente de los niños, pegándole una voz cuando haga falta, e incluso un coscorrón. También ayudarles a crecer, respetando su independencia, pero lo justo (ya sé que es fácil decirlo -por eso paso de tener chaveas, jajaja-) Bien es verdad que esto no es aplicable a todos los casos, pero en la mayoría es así.
    No me voy a poner en el axioma roussoniano de que todos somos buenos, pero la gente normal suele ser neutra, ni te comen a besos ni te dan de leches. Solo critican (que es lo más humano de las acciones humanas después de la alimentación y la reproducción), jajaja.

    El odio como el amor hay que cuidarlo. Y está demostrado que el odio es más fácil de propagar en la masa (genocidios, matanzas, racismo). El amor es predicado por gente que no siente ni amor ni nada parecido, solo odio al diferente.

    Planteémonos cuanta gente aprecia a los demás de verdad. Pero de verdad... otra cosa es el vive y deja vivir.

    El odio es alimentado por una sociedad de fuertes y débiles, de ganadores y perdedores, de triunfadores y derrotados. Pero con ser impermeable ya está. Yo tengo filias y fobias, como todos, pero odiar ¿para qué?. Yo sé lo que lo odien a uno y no es una sensación agradable. Lo peor es que era yo el que odiaba. Y eso si que no lleva a ninguna parte. No es solución a nada.

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  2. Querida Mazes! Nos faltan un par de coordenadas que incluir en los sistemas educativos: autoestima en el más amplio sentido y escuelas para papás y mamás...¡Ah! que ya existen sólo que no va nadie porque es más fácil mirar a otro lado. Ciertamente todo es más fácil de feria, pero estoy segura de que hay gente que ni eso lo disfruta. Que te mejoreeeeeeees! Un abrazo

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