martes, 20 de abril de 2010

Las Ideas

Esta mañana, mientras me preparaba el desayuno y posteriormente degustaba media tostada con aceite, tomate y jamón... qué iba yo a decir... ah, si, ejem... lo primero que leo en el facebook es una discusión sobre partidos políticos, crítica a la altenancia política, a la escasez de altenartivas fiables y a la ley electoral, sobre la libertad de expresión, la crítica constructiva y la idoneidad de facebook como lugar _virtual, se supone_ de tertulia.
Y digo yo: está bien defender una idea, exponerla, plantearla, estudiarla, comunicarla... pero si no la vas a llevar a la práctica ¿merece la pena darlo todo por ella?
Hay personas que son capaces de todo por defender una idea que nunca verán ejecutada. Incluso hacerlo por una idea que no es la suya propia, pero que un día adoptaron en el regateo establecido para formar parte de un grupo.
Quiero decir, las ideas son algo abstracto, los hechos son, al fin y al cabo, lo que queda. No digo que los pensamientos, las ideas no sean importantes, sólo que si no se desarrollan, discutir sobre ellas es sólo tratar de tener la razón.
Convertirnos en misioneros de nuestra propia razón no es más que tratar de imponer un criterio personal.
Diferente es predicar con el ejemplo, vivir tu idea, crearla... ahí me callo.
Pero aquí las cosas son así, siempre lo han sido. Nos desgallitamos por una idea y lo que menos importa es realizarla; lo que más, ganar.
Por eso las ideas han acabado convirtiéndose en siglas vacías de contenido, en equipaciones de uno u otro color a las que apoyar por encima de todo y por supuesto, en este enfrentamiento debe haber un perdedor para que pueda existir un ganador.
La victoria como culmen supremo: una idea triunfadora cuya ejecución será eternamente aplazada porque su defensa nunca tendrá fin

2 comentarios:

  1. Yo decía que no, y sigo diciendo que no, claro.
    Que se lo digan al director del FMI y no a mí, pero en fin.
    Yo si defiendo el Facebook como lugar de tertulia, pero la cuestión es que como no nos podemos ver los ojos, no llevemos la escopeta cargada (metafóricamente hablando).
    Eso pasa por utilizar todas las herremientas para lo mismo, ejem, no sé si me explico.

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